Una vez más el entrenador de San Marcos de Arica, Germán Cavalieri, va contra la política de trabajo anunciada por el propio presidente del club, David Ramos. Por segundo año consecutivo el volante zurdo Mauricio Arias tiene que hacer sus maletas para defender la polera de otro equipo profesional sin tener la posibilidad de jugar en el equipo que lo formó como jugador profesional.
Hace rato que Arias demostró que tiene dedos para el piano, y condiciones para jugar en el fútbol profesional. El año 2024 jugó 22 de 24 partidos en Deportes Ovalle, fue pilar del equipo Albiverde en Segunda División, y ahora que estaba listo para revalidar su buena campaña en la tierra que lo vio nacer, el entrenador Cavalieri le dijo que no lo ocuparía tanto. Lo curioso e inexplicable es que el presidente de la institución sí quiere que Arias juegue por San Marcos.
Un caso parecido al de Arias ocurrió el año 2024 con el lateral izquierdo Korben Rojas. Primero Cavalieri dijo que el jugador iba a tener que trotar al borde de la cancha porque no lo iba a utilizar, y luego cuando le dio la oportunidad, Rojas no soltó la camiseta de titular. ¿Qué onda? ¿Otra vez Cavalieri está tropezando con la misma piedra?
Rápido y directo
Kenny Mamani, entrenador con vasta experiencia en el fútbol amateur y profesional, cree que Arias es un jugador “hábil, con mucha visión periférica, entiende muy bien el juego, posee remate de media distancia, y es un volante o un delantero especial para jugar con ataque rápido y directo.
“El Maui es un ariqueño de mucha proyección, quizás en el actual plantel de San Marcos, Alfredo Ábalos es un jugador distinto, pero por su juventud y condiciones físicas el Maui te da vértigo, sobre todo ahora que está con ritmo de competencia”, dijo el profe Mamani. Se supone que esto debería saberlo el cuerpo técnico de Cavalieri. Ojo que a veces los verdaderos refuerzos están en casa.
Cabe señalar que, Mauricio Arias partirá a Puerto Montt porque el entrenador de dicho equipo Jaime “El Pillo” Vera comentó que cuando Arias jugó contra su equipo, “Nos pintó la cara”, habría dicho el “Pillo”. A veces una frase cortita vale más que mil palabras.
