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Psoriasis, una enfermedad crónica de la piel que impacta la calidad de vida y se ve perjudicada por el exceso de sol

La patología afecta a hombres y mujeres de igual manera. Puede aparecer a cualquier edad, desde la primera infancia hasta adultos mayores, aunque es más habitual que se manifieste por primera vez entre los 30 y 50 años.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria, crónica, no contagiosa, que afecta la piel y cuyas lesiones suelen estar presente durante todo el año, y si bien el sol puede ser beneficioso para la mayoría de los pacientes, es relevante tener cuidado de no exponerse demasiado para evitar una quemadura solar que puede provocar un brote de la patología.

Para la doctora Daniela Armijo, dermatóloga de Clínica Dermacross, la radiación ultravioleta ayuda a disminuir la inflamación de la piel y es por esto que el sol, y el tratamiento con fototerapia pueden mejorar las lesiones de psoriasis. Sin embargo, el exceso de sol puede provocar el efecto contrario. “La recomendación en relación con el sol es exponerse máximo 10 minutos al día, en las horas de menor radiación, esto es antes de las 10 am y después de las 5 pm. El solárium, por otra parte, es altamente perjudicial y su uso no se recomienda por el riesgo de cáncer y quemaduras”, precisa.

La psoriasis afecta a hombres y mujeres de igual manera. Puede aparecer a cualquier edad, desde la primera infancia hasta adultos mayores, aunque es más habitual que se manifieste entre los 30 y 50 años.

La patología -detalla la especialista- se manifiesta con lesiones rojizas en la piel cubiertas de una escama blanquecina. Las placas de psoriasis pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluido el cuero cabelludo, la cara, genitales, pliegues, mucosas y uñas, que pueden verse habitualmente engrosadas, amarillentas, con manchas o con hoyuelos.

La doctora Armijo expresa que la genética y el sistema inmune son los responsables de la psoriasis y existe una predisposición genética, a la cual se suman algunos factores que pueden gatillar o empeorar la enfermedad. Dentro de estos gatillantes se encuentran el estrés, infecciones, algunos medicamentos, daño a la piel (cicatrices, tatuajes), hábitos (sedentarismo, alcohol, cigarro) y el clima. En ese sentido, detalla que “al ocurrir esta alteración a nivel del sistema inmune, las células de la piel comienzan a tener un crecimiento muy acelerado y no alcanzan a descamarse, por lo que se acumulan escamas en la superficie. Las células de la piel normal demoran 28 días en crecer y finalmente descamarse, pero este proceso en la psoriasis ocurre cada 3-4 días”.

Respecto de cómo afecta la patología a los pacientes, la Dra. Armijo plantea que “las lesiones de psoriasis pueden producir dolor, ardor y picazón intensa, lo que afecta de manera importante la calidad de vida de los pacientes. La psoriasis es crónica, es decir, una vez para toda la vida. Además, las lesiones de la psoriasis suelen presentarse a lo largo de la vida en brotes lo que se denomina crisis o aumento de lesiones, y periodos libres, o con menor cantidad de lesiones”.

En cuanto a las formas de prevenir la patología, puntualiza que “al ser una enfermedad que se produce por una alteración genética y del sistema inmune, es difícil prevenir su aparición. Sin embargo, hay factores que pueden ayudar a evitar que la enfermedad sea tan severa y/o evitar los brotes de la enfermedad. Éstos son principalmente factores relacionados con hábitos de vida saludable como mantener un peso adecuado, dieta sana y balanceada (dieta mediterránea), hacer ejercicio, no beber alcohol, no fumar cigarro y hacer actividades para liberar el estrés”.

Diagnóstico y tratamientos

La especialista advierte que a veces el camino del paciente para llegar a un diagnóstico de psoriasis puede ser largo. “Esto ocurre sobre todo cuando las lesiones son muy leves y pueden pasar varios meses en las que se confunden con otras enfermedades. Por ejemplo, la psoriasis del cuero cabelludo a veces se confunde con dermatitis seborreica conocida como caspa. Va a depender también, del tiempo que demore en ser evaluado por un dermatólogo”, apunta.

La patología también puede afectar otros órganos. Entre el 20-30% de los pacientes puede desarrollar inflamación en las articulaciones conocida como artritis psoriásica, detalla la experta.
“La psoriasis puede asociarse a otras enfermedades, dentro de ellas sobrepeso/obesidad, colesterol elevado, diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión arterial, hígado graso, depresión, trastorno ansioso, infarto, enfermedad renal, accidente cerebrovascular”, comenta.

Consultada si es común la aparición de la artritis psoriásica, la doctora Armijo indica que es más frecuente su aparición posterior a las lesiones en la piel, en promedio 10 años después. Sin embargo, hay algunos casos en los que puede presentarse antes. Respecto de los factores que influyen en ello, advierte que ocurre principalmente cuando el paciente presenta psoriasis severa, en casos de historia familiar de artritis psoriásica, obesidad, psoriasis en las uñas, depresión, uveítis y hallazgos de inflamación en imágenes, entre otros.

En esa línea, argumenta que los tratamientos actuales permiten controlar el sistema inmune y, de esa manera, lograr que los síntomas se reduzcan por completo o casi por completo en los pacientes con psoriasis y artritis psoriásica. Agregó que “los medicamentos biosimilares ofrecen una gran ventaja en términos económicos para el tratamiento de los pacientes con psoriasis. Debido al menor precio, se favorece el mayor acceso a estas terapias”.

Para la especialista “en Chile el acceso económico a terapias biológicas y medicamentos biosimilares es muy limitado, ya que no existe cobertura económica en el sistema público para la psoriasis. En algunos casos aislados, los seguros privados pueden reembolsar parte del costo del tratamiento, pero generalmente los pacientes deben cubrir todos los gastos, que pueden llegar a ser muy elevados. La artritis psoriásica está cubierta por la Ley Ricarte Soto, pero solo si el paciente ha fallado a tres tratamientos sistémicos previos”, expresa.

En ese sentido, plantea que “la mejora en el acceso es crucial, dado que la psoriasis afecta la calidad de vida y está asociada a una mayor incidencia de hospitalizaciones y bajas laborales si no se trata adecuadamente”.

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