La agroinnovadora que usa tecnologías para mejorar sus cultivos hidropónicos
Michelle Ponce Rojas fundó Mallkivitor Hidroponía, emprendimiento familiar que a través de apoyos Corfo ha reformado los procesos productivos de su negocio, para tener flores comestibles inocuas y trazables.

Los últimos años han sido intensos para la agroinnovadora ariqueña Michelle Ponce Rojas, quien a través de su emprendimiento familiar Mallkivitor Hidroponía está alcanzando altos estándares en la producción de flores comestibles.
El negocio nació el 2018 a través del trabajo en equipo junto a su marido Pedro Salinas, ambos ingenieros agrónomos, quienes desde el valle de Azapa abastecen con sus productos inocuos a los principales hoteles y restaurantes de la región.
Michelle fue premiada por la FIA como la Mujer Agricultora 2023, gracias a su inagotable trabajo en la industria agroalimentaria que se ha relevado a través de los apoyos Corfo, permitiendo mejorar los procesos con el uso de tecnologías.
Tanto Michelle como Pedro no cuentan con un pasado familiar ligado a la agricultura, pero se han transformado en reconocidos productores de cultivos hidropónicos aplicados, siendo más eficientes en el uso de agua, fertilizantes y recurso humano. “La hidroponía se destaca por ser una labor muy limpia, ya que trabajas casi sin contacto con el suelo”, subrayó.
De Vitor a Azapa
Comenzaron apoyando técnicamente a un agricultor en Caleta Vitor, quien tenía problemas de agua y suelo, lo que era todo un desafío para hacer agricultura en condiciones extremas. “Le propusimos como solución la hidroponía y de ese apoyo técnico pasamos a hacernos cargo del proyecto. Después de un año nos dimos cuenta de que aprendimos mucho y estábamos en condiciones de independizarnos”.
Así en el 2019 se van al valle de Azapa, kilómetro 11, donde iniciaron cultivos de hortalizas de hojas (lechugas y otros), trabajo que hacía exclusivamente Michelle porque Pedro laboraba en una semillera local. “Pero quedé embarazada el 2020 (Pedrito, 4 años) y mi marido dejó su trabajo para estar 100% en nuestro proyecto y desde esa fecha estamos juntos en este emprendimiento”.
Llegaron al Centro de Negocios de Sercotec, entidad que los ayudó a ordenarse y postular a subsidios del fomento productivo. “Se abrió el Innova Región de Corfo y postulamos nuestro proyecto de nanoburbujas, que habíamos presentado en otras instituciones, pero sin éxito”.
Esta tecnología existía en otras industrias y Mallkivitor se transformó en la primera en Chile en adaptarla a la hidroponía en aguas recirculantes. “Las nanoburbujas tienen la particularidad física que, al colapsar su estructura, se carga eléctricamente y al entrar en contacto con algún patógeno en el agua lo electrocuta. Es una alternativa verde a la sanitización del agua en general”.
Luego se certificaron en buenas prácticas agrícolas a través del programa Fomento a la Calidad (Focal) de Corfo. “Quisimos certificarnos en flores comestibles; sin embargo, no existe a nivel latinoamericano. Pero nos certificamos en ‘baby leaf’ (baby hoja), porque nuestros clientes son hoteles y restaurantes, en especial los chefs. La idea es demostrar que nuestros productos son inocuos y trazables”.
A través del programa PAR para empresas lideradas por mujeres de Corfo con financiamiento FNDR, habilitaron un paquete tecnológico. Construyeron un invernadero con nuevas mesas de cultivo y arreglaron la caseta de riego. “Este invernadero está dedicado al cultivo de flores comestibles y está muy ligado al último Innova Región que nos acabamos de adjudicar con Corfo”.
Con esta nueva iniciativa, Michelle junto a su equipo esperan realizar un mejoramiento productivo en la producción de flores comestibles a través de IA, agregando además un packaging I+D y una sala de procesamiento de última tecnología. “Desarrollaremos un paquete tecnológico de flores comestibles hidropónicas, porque somos los únicos en Chile desarrollando un producto de este tipo para este mercado de nicho como es el gourmet, que está en crecimiento”.
La agroinnovadora agregó que “nos encantan los Innova Región de Corfo, porque nos dan el 90% de cofinanciamiento, lo que nos permite como pequeña empresa aplicar tecnología, hacer investigación, entre otras cosas”.
En el equipo de Mallkivitor Hidroponía tienen claro que hacen magia en el desierto. “Estamos desarrollando agricultura en el desierto, uno de los más áridos del planeta, y lo que estamos haciendo es muy importante para el resto del país y el mundo, por lo que somos un polo estratégico para desarrollar agricultura desértica con las peores condiciones de altas temperaturas, alta radiación, mala calidad y poca disponibilidad de agua. Estamos haciendo magia”, concluyó.